domingo, 30 de octubre de 2011

Primeras acciones...


Ayer, mi hija Julia me abre este espacio en menos de un minuto. A sus 12 años y como estudiante  de 1º de E.S.O (En el I.E.S. Ben Al Jatib  de la Cala del Moral en el  Rincón de la Victoria, Málaga) es una nativa digital. Me pide mi e-mail y contraseña…después me pregunta qué plantilla me gusta más…elijo la más pictórica con el propósito de cambiarla por una imagen de una obra mía…me ofrece un contador de visitas que visualiza cuantas personas y en qué país están entrando en mi blog…y otras muchas cosas más. Le doy las gracias y le digo que es mejor ir por partes y que lo primero es pensar en lo que tengo que escribir como primera entrada, y que será fundamental para que las personas entiendan cual es el propósito de este diario del proyecto, pero no voy a negarles que  me hace feliz disponer de una experta que me asesore.
Se queda pegada a mi pantalla mientras escribo, le pido educadamente que me deje tranquilo porque necesito concentrarme, lo hace sin rechistar. Vuelvo a darme cuenta de que ella pertenece a otra generación, a otra época distinta a la que yo viví en paralelo a su edad en los setenta del siglo pasado .Pertenece a  ese grupo humano que es con el que yo trabajo en el aula, aunque la mayoría sean mayores de edad, en el I.E.S Jesús Marín de Málaga, no dejan de distanciarse de mí sobre todo en la lógica del conocimiento y en el procesamiento de la información.
En el año 79 dibujaba cómics inspirado por los dibujantes que mi hermano Paco me había presentado dejando sobre la mesa de nuestro cuarto el nº 1 de la revista TOTEM, tres años atrás en Madrid. Esta publicación de edición catalana refundía la obra de autores sobre todo franceses, belgas, italianos, argentinos…un festival de imágenes, narraciones e ilustraciones que nuestro antiguo régimen no habría consentido años antes. Un bloque de papel impreso con texto e imágenes era la información más preciada que podía haber encontrado un adolescente motivado por contar historias con imágenes. Uno de ellos era Hugo Pratt , un dibujante  veneciano que emigró a Argentina .El protagonista de sus historias era ¨Corto Maltés¨ que se desarrollaban a principios del siglo XX y se enredaba en la primera guerra mundial. Me intereso el momento histórico así que me propuse buscar información gráfica del asunto. Por fin la encontré en la desaparecida Casa de la Cultura de Málaga, eran tres tomos sólo de consulta, imágenes imposibles de fotocopiar y a veinte minutos de mi casa andando. La verdad es que me encantaba estar en silencio en aquella enorme sala aunque fue poco operativo para mis dibujos que no progresaron lo que debían, definitivamente la fuente era tan inaccesible  y requería de tanto tiempo que desistí. Sin embargo ubiqué bien los acontecimientos y pude hacerme una idea de lo que aconteció porque aunque eran las imágenes lo que me interesaban era inevitable leer pies de páginas o fragmentos del texto que  me eran aclaratorios y muy descriptivos.
Poco tiempo después acudí , con mis primeros amigos malagueños del instituto que merodeaban el mundillo del teatro,  al Cine-Club de la academia Kaplan de Málaga , porque yo quería ser un intelectual a pesar de tener dieciséis años, a ver ¨Un perro andaluz ¨y   ¨La muerte de un poeta¨. Casi me mareo con la navaja y el ojo de vaca a pesar de haber visto ¨Holocausto Caníbal ¨ hacia poco, película que se suponía la más ¨gore¨ de la época y en la que ya se incluían planos subjetivos que ahora están tan de moda para darles un enfoque realista. Como los carteles estaban en mi instituto acudí a ver expresionismo alemán al cine-club universitario….aunque fuera en blanco y negro y mudo me gustaba. Después un poeta universitario con rizos y bicicleta reclamando carril-bici dirigía el cine-forum, ahora después de más de treinta años sus deseos ¨carrilísticos¨ se han hecho realidad en mi ciudad. Lo que me preocupa es saber si el poeta universitario estará disponible para montar en bici.
Me pongo en el tiempo-lugar de mi hija dentro de unos años con la misma inquietud y sé que ese problema no lo tendría .En menos de un segundo en el buscador­-imágenes dispondría de miles de ellas y si quisiera ver cine de autor lo tendría fácil en la red.
La cuestión es si demasiada información conlleva poca reflexión, que es equivalente a la falta de contemplación en las artes visuales. Esta es la tarea que me planteo con este proyecto.

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